El 15 % de los pacientes con COVID-19 desarrollan la neumonía grave. Por lo que requieren ser hospitalizados y, frecuentemente, recibir ayuda por medio de la ventilación mecánica. La fisioterapia respiratoria se utiliza frecuentemente en la fase aguda de la enfermedad. Cuando la falta de movimiento puede llevar a otras complicaciones, y para facilitar la respiración del paciente.
Además, en la actualidad tenemos nuevos datos sobre las secuelas de la enfermedad por coronavirus. Algunas de ellas son el cansancio extremo, trastornos del sueño, tos, daños neurológicos, trastornos anímicos y formación de coágulos, ya que la infección por COVID-19 provoca una hipercoagulación de la sangre. En algunos pacientes, la capacidad pulmonar podría verse reducida en un 20 % a 30 %, según el médico Owen Tsang Tak-yin, director del Centro de Enfermedades Infecciosas del Hospital Princesa Margarita de Hong Kong. Chus Domínguez Santalla, médico internista en el Complejo Hospitalario Universitario de Santiago y especialista en enfermedades infecciosas, explica también que el 30 % de los pacientes que salen del hospital tienen todavía algún síntoma respiratorio.
Lo más llamativo es que esto no ocurre solo en pacientes que han sido críticos. También en los que han sido ingresados de forma convencional. Esto demuestra la severidad de esta enfermedad y la importancia de ir a un clínica de fisioterapia que nos ayude a evitar los peores síntomas. ¿Cómo puede ayudarnos la fisioterapia en estos casos? ¿Hasta qué punto efectiva?
Fisioterapia respiratoria durante y después de la enfermedad por coronavirus
La fisioterapia no sirve de prevención ni para «eliminar» el virus, pero sí puede evitar los síntomas más severos de la COVID-19, de manera que pueden:
– Reducir la sensación de disnea.
– Mantener la función pulmonar.
– Prevenir la falta de movilidad y atrofia muscular.
– Mejorar la calidad de vida, evitar la ansiedad y depresión.
Fisioterapia respiratoria durante la fase de confinamiento
Las personas que contraen la COVID-19 con síntomas leves como fiebre, calentura, fatiga, dolor muscular o tos seca que no requieren hospitalización y pueden recuperarse de la enfermedad en casa pueden recibir ayuda fisioterapéutica para facilitar la respiración. Pero, como los síntomas no son graves, generalmente no es necesario.
Evitar largos períodos de inmovilidad permitirá que el paciente recupere antes la vitalidad. Así que el tratamiento incluirá actividad física y ejercicios adecuados para tonificar los músculos y mejorar la oxigenación del equilibrio. La actividad física moderada puede mejorar la respuesta del sistema inmunológico, lo que aceleraría la curación. La intensidad y frecuencia del ejercicio han de estar adaptadas a cada paciente. Esto dependen de su grado de disnea y practicarlo está contraindicado si hay fiebre. También puede ser útil aprender técnicas para coordinar la respiración.
Fisioterapia respiratoria para pacientes ingresados por COVID-19
En estos casos, suele haber problemas serios de respiración y los niveles de saturación de oxígeno son demasiado bajos. Así, la fisioterapia se combinará con el uso de dispositivos de presión espiratoria positiva, dispositivos oscilantes de alta frecuencia y nebulizadores. Los tratamientos de fisioterapia pueden consistir en las técnicas de incremento del flujo espiratorio activas, el entrenamiento de la musculatura respiratoria y maniobras que ayuden a la tos y expectoración.
Sin embargo, estas técnicas no están indicadas si la tos es seca. En este caso, se opta por las técnicas de drenaje de secreciones cuando no se pueden eliminar por la tos. Sobre todo cuando el paciente sufre otras enfermedades como fibrosis quística o bronquiectasia.
Para evitar los efectos de las estancias largas en el hospital, en las que los pacientes han de estar tumbados en la misma postura durante mucho tiempo. Entonces son muy beneficiosos los ejercicios para fortalecer la musculatura periférica. También los cambios de posición y, siempre que sea posible y la situación clínica lo permita, mantenerse físicamente activos. La actividad física se realizará siempre monitorizando la saturación del oxígeno por pulsioximetría (SpO2).
Si existen problemas como ansiedad, depresión o falta de motivación, también se tratarán. La motivación del paciente siempre es necesaria para cumplir con el tratamiento.
Fase aguda de la enfermedad
Los pacientes ingresados en UCI reciben diferentes tratamientos tales como la ventilación mecánica invasiva y no invasiva o aerosolterapia. El posicionamiento decúbito prono de los pacientes mejora la respiración, aunque está contraindicado en los casos de inestabilidad hemodinámica definida por TAM, presión intracraneal elevada, convulsiones, lesión espinal inestable, embarazo y algunos casos más.
Se realizará también fisioterapia respiratoria y motora movilizando al paciente de forma precoz para disminuir la gravedad y promover una rápida recuperación.
Fase de recuperación
En los pacientes que reciben el alta, pueden darse dos condiciones:
– Si se trató de un caso leve o moderado, recibirán consejos de ejercicios aeróbicos para volver gradualmente a la actividad normal.
– Si fue un caso grave o crítico, puede que tengan problemas relacionados con la atrofia muscular. En este caso se recomendará ejercicio aeróbico, ejercicios de fuerza y entrenamiento, técnicas de drenaje de secreciones y ventilatorias.
Como podemos ver, la fisioterapia respiratoria puede tener una gran aplicación para ayudar en el tratamiento del coronavirus. Dado que es efectiva contra síntomas de dificultad de respiración, tos y secuelas anatómicas.
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