La meditación mindfulness es una técnica que, como muchas otras prácticas, se trasladó con sus respectivas adaptaciones al mundo occidental. Sin embargo, definir claramente qué es, va más allá de establecer un método riguroso de meditación o fijar un fin para esta práctica beneficiosa para la salud.
Antes que perseguir un objetivo concreto para el día a día, la también llamada atención plena se establece como una experiencia de vida. Una filosofía. O una forma de estar en el mundo que consiste en focalizarla en el aquí y ahora.
Cómo se practica la meditación mindfulness
Para lograr un estado de meditación mindfulness, el fin es concentrarse en lo que está ocurriendo en cada momento. Ante un ritmo de vida acelerado basta con dedicarle unos minutos al día. Particularmente al despertar o antes de dormir para concentrarse en uno mismo. Y ya sea para comenzar la rutina con suficiente energía o para descansar tranquilamente.
Cabe destacar que el verdadero reconocimiento de los procesos de pensamiento que dirigen la mente no se puede dar a través del pensamiento mismo. Es por eso que para comprender con claridad lo que uno piensa es indispensable concentrarse en otra cosa.
Ese objeto donde vaciar la mente puede ser la respiración. Y que es el primer paso de la meditación en sí, pero también puede volcarse en una luz, un objeto, un sonido, etc.
Lo importante es lograr captar con precisión lo que ocurre justo en ese instante y no pensar en lo que viene o ya pasó. También debe quedar claro que la meditación es un camino muy personal. Y donde cada quien parte de un punto distinto y avanza a su propio ritmo.
Por eso, no importa si no va a vivir en plena conciencia. Pero sí es relevante poder disfrutar de su inmediatez. Y de las personas a su alrededor. O concentrarse en lo positivo que ocurre y no permanecer en piloto automático dando por descontado que el mundo es un caos constante.
Terapia mindfulness
La primera apreciación de una práctica que involucra mente, cuerpo y emociones es que se relaciona con una experiencia religiosa. Sin embargo, se acerca más a lo que el psicoanálisis buscaba comprender en una búsqueda de la historia personal. Y del reconocimiento de esta a partir de las emociones y la composición psíquica de cada uno.
El mindfulness es una práctica que, como otros procesos de meditación, no pretende llevar a un estado de pura bondad o superioridad moral. Sino que por la vía del autoconocimiento se dirige hacia una conciencia más plena a partir de la aceptación y de experiencias puramente personales.
Su fin no es enseñarnos a ser «el más bueno» o una «mejor persona», sino a entendernos y conocernos. Antes que «ser mejor». Esta filosofía de vida promueve el «estar mejor», vivir con plenitud, con conciencia y autocuidado.
Su pertinencia en distintos procesos terapéuticos ha llevado a esta práctica a formalizarse en cursos de universidades prestigiosas a nivel mundial. No solo desde el respeto y conocimiento que la tradición oriental merece. Sino desde la práctica clínica y la ética que implica hacer uso de esta herramienta.
No todo es paz interior
En muchos sentidos, se ha vuelto un proceso de sanación dentro de un camino más grande en casos donde el estrés, la ansiedad, las adicciones o algunos padecimientos mentales o emocionales pueden contemplar entre sus medios la meditación.
No obstante, es importante recalcar la parte ética de su aplicación clínica. Ya que el mundo actual enfocado en un ritmo acelerado con fines prácticos de producción, ha desvirtuado la realización de esta práctica y la ha centrado, más que en el autodescubrimiento, en un proceso de consumo y plena concentración para el trabajo.
Una filosofía de vida centrada en disfrutar el ahora como experiencia personal es una cosa. Pero otra muy distinta es una práctica con fin terapéutico o como vía de capacitación laboral. En estos últimos casos se debe ser muy íntegro. Y contar con la ética y la preparación adecuada para no caer en prácticas nocivas.
Como vemos, la meditación mindfulness es más que una técnica de meditación. Es un proceso de autoconocimiento que parte de cada persona y que incluso puede involucrar distintas áreas profesionales. Lo importante es vivir el aquí y ahora con plenitud, pero hacerlo de forma responsable.