Asistir con frecuencia a un centro de pilates es una excelente manera de conservar la buena forma física y el equilibrio mental. Pero, además, es una costumbre muy positiva para la salud por la mejoría general que aporta la práctica de esta disciplina.
El método Pilates combina los conocimientos de su inventor, Joseph Hubertus Pilates, en materias como la gimnasia, el yoga y la traumatología. Y añade a ellos la fuerza física, el control mental, básico en esta disciplina; la respiración y la relajación.
Beneficios de practicar esta actividad en un centro de pilates
Lo primero que debemos hacer antes de comenzar a practicar esta disciplina es buscar un buen estudio o centro de pilates donde nos lo enseñen bien y nos acompañen paso a paso a medida que vamos perfeccionando nuestros conocimientos.
A grandes rasgos, los ejercicios de pilates consiste en practicar una respiración armónica de tipo intercostal mientras nos concentramos en controlar los músculos. Gracias a ello generamos beneficios al organismo como los que desarrollamos a continuación.
Pilates para la espalda
Comenzando por la parte trasera del cuerpo, ya que resulta excelente la práctica del pilates para la espalda. Uno de los puntos básicos de esta actividad es la correcta alineación de la columna vertebral. En otras palabras, mantener una postura adecuada de la espalda, algo que muchas personas no hacen debido a los vicios adquiridos al cabo de los años al sentarse mal o caminar encorvado.
Recuperar esta higiene postural junto al reforzamiento de los músculos de la pelvis, que también se ejercitan en pilates, nos permite reducir los dolores de espalda y, en definitiva, mejorar nuestra calidad de vida.
Pilates para principiantes que quieren perder peso
Igualmente, el pilates es una magnífica ayuda para la pérdida de peso, incluso para los principiantes. Esta actividad incide sobre el metabolismo, encargado de controlar el gasto de energía del cuerpo. Concretamente, lo acelera y con ello sube la temperatura del organismo haciéndonos sudar y quemar calorías.
No obstante, siempre es recomendable combinar pilates y ejercicio de tipo aeróbico, es decir, continuado y que exija aumentar la frecuencia del corazón. Por ejemplo, caminar, nadar o ir en bicicleta.
Pilates como tónico para los músculos
Practicar pilates constituye una interesante forma de tonificar los músculos y con ello, de potenciar tanto nuestra resistencia como nuestra fuerza. Además, evitamos las lesiones, puesto que los ejercicios se realizan con el propio peso corporal o con útiles ligeros que no requieren esfuerzos muy bruscos.
Igualmente, los ejercicios de esta disciplina son variados y propician un completo trabajo de toda la musculatura. Así, conseguimos un equilibrio perfecto entre la parte inferior y la superior de nuestro cuerpo, algo que no se logra con todos los deportes.
Pilates para moldear la figura
Otra ventaja del pilates, estrechamente relacionada con las dos anteriores, es que permite moldear la figura. Ello se consigue al perder peso y tonificar los músculos llevando a cabo ejercicios de flexibilidad y estiramiento. Gracias a todo ello, la musculatura no aumenta en volumen, sino que se hace más definida tanto en la zona del pecho como en la de las piernas.
Pilates para mejorar la postura del cuerpo
Todo lo dicho con anterioridad comporta la mejora de nuestra postura corporal. Por una parte, tener los músculos del abdomen bien tonificados lleva a soportar mejor la rectitud de la espalda. Y, por otra, la tonificación de la zona lumbar hace posible que mantengamos en buenas condiciones el abdomen.
A su vez, tanto las piernas como los glúteos bien trabajados soportan mejor el peso de la parte superior del cuerpo. Como vemos, todo él se halla en equilibrio.
Pilates para ganar en flexibilidad
El bienestar del cuerpo no es completo si carece de flexibilidad. Y precisamente muchos ejercicios de pilates se basan en estiramientos, no solo al principio y al final de las sesiones. De hecho, tonificar el músculo de forma integral requiere tanto contraerlo como estirarlo.
Estos estiramientos harán que ganemos en flexibilidad. Y, con ello, prevendremos no solo las lesiones, sino también los problemas articulares y musculares.
Pilates para la mente
Si el pilates es bueno para el cuerpo, no lo es menos para la mente. No en vano, resulta una magnífica herramienta para combatir el estrés. En primer lugar, exige mantener una profunda concentración y, en segundo, buscar una buena coordinación. Gracias a todo ello lograremos desconectar de los problemas cotidianos.
El bienestar físico que provoca esta disciplina contribuye a mitigar enfermedades como la depresión o la ansiedad. A ello colaboran también poderosamente las técnicas de respiración, básicas en la práctica del pilates.
En conclusión, acudir a un centro de pilates o clínica de servicios terapéuticos representa una excelente idea para mejorar nuestra salud y sentirnos más en forma. Esta actividad nos ayuda no solo físicamente, sino que favorece que tengamos un mayor control sobre nuestra mente. Incluso, existen clases de pilates para principiantes.
Un post muy interesante. Muchas gracias por la ilustración. Saludos.